América Latina y el Caribe enfrentan riesgos crecientes por el cambio climático, que ya está desplazando a miles de personas. Fenómenos como El Niño, sequías y aumento del nivel del mar amenazan la seguridad alimentaria y obligan a migrar a comunidades vulnerables. Aunque es difícil predecir estos desplazamientos, es crucial que las comunidades se preparen con estrategias de adaptación y resiliencia. Colombia ha avanzado en crear un marco normativo para abordar la movilidad climática, incluyendo leyes, políticas públicas y colaboraciones entre autoridades nacionales y locales. Su experiencia ofrece lecciones útiles para otros países de la región.