El Proyecto de Apoyos Directos para la Creación de Iniciativas Agroalimentarias Rurales (CRIAR) -Fase I tuvo como objetivo contribuir a mejorar los ingresos de los pequeños productores rurales y también mejorar su seguridad alimentaria. El Organismo ejecutor del proyecto fue el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierra (MDRyT), a través de la Unidad Desconcentrada del Programa de Apoyo a la Seguridad Alimentaria (UD- PASA), hoy denominada Institución Pública Desconcentrada Soberanía Alimentaria (IPDSA). La estrategia de intervención del proyecto se enfocó en enfrentar los problemas de baja productividad y alta vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria a través de la focalización del gasto público agropecuario hacia la facilitación del acceso de productores a tecnologías agropecuarias y asistencia técnica. El proyecto tuvo dos Componentes&%2358; (i) apoyos directos para la adopción de tecnologías agroalimentarias (por US$16,8 millones); y (ii) apoyos a emprendimientos productivos agroalimentarios (por US$4,1 millones). El proyecto entregó apoyos financieros a pequeños productores agropecuarios para cubrir parcialmente los costos de adopción de nuevas tecnologías incluidas en un menú de opciones elegibles. El apoyo no reembolsable se entregó directamente al productor elegible en la forma de un “bono”, bajo la condición de que adopte al menos una de las tecnologías elegibles. El menú de tecnologías disponibles se puede agrupar en los siguientes seis tipos&%2358; i) Invernaderos, ii) Siembra, iii) Cosecha, iv) Postcosecha, v) Pecuarias y vi) Apícolas. En el contexto del CRIAR se entiende como “tecnología” a la combinación de factores tangibles (bienes como equipos/maquinaria) e intangibles (capacidades o habilidades técnicas) que utilizan los agricultores en el proceso de producción de sus predios. Es así que el bono que el agricultor recibió de parte del CRIAR comprendía dos cupones inseparables y entregados simultáneamente&%2358; el primero, para costear hasta el 90% de la compra del bien tangible de la tecnología que eligió, y el segundo para facilitarle a solventar parcialmente el servicio de asistencia técnica. Ésta última comprende la capacitación en la operación y mantenimiento del equipo adquirido, y –principalmente– capacitación sobre cómo capturar el beneficio productivo y comercial que derivará de esta inversión tangible. La suma de ambos cupones del bono por productor para una única tecnología no excedió los US$ 900.